La generación “copo de nieve”
Cuando imaginamos un copo de nieve lo asociamos a la belleza y unicidad pero también a su enorme vulnerabilidad y fragilidad. Esas son precisamente dos de las características que definen a las personas que llegaron a la adultez en la década de 2010. Se afirma que la generación “copo de nieve” está formada por personas que son extremadamente sensibles a los puntos de vista que desafían su visión del mundo y que responden con una susceptibilidad excesiva a los más mínimos agravios, poseyendo una escasa resiliencia.