La importancia de las matemáticas para la vida diaria
Por: Cristóbal C. Carrión H.*
Se dice que las matemáticas nacieron de la necesidad de los humanos de medir y contabilizar las tierras de cultivo que año con año eran abonadas con las inundaciones temporales de las riberas del río Nilo en el Egipto de hace aproximadamente 5 mil años. Esas matemáticas eran básicamente mediciones geométricas y aritméticas, no eran estudiadas como ahora lo hacemos, con ecuaciones, incógnitas o axiomas, sino desarrolladas gráficamente con comparaciones y operaciones simples. La abstracción estaba casi ausente en ellas. Pero todo conocimiento se puede profundizar y la curiosidad humana no tiene límites para intentar hurgar más allá de los confines aparentes, por lo que este estudio se desarrollaría en sistemas muy complejos hasta nuestros días, convirtiéndose, sin lugar a dudas, en uno de nuestros patrimonios más importantes.
El conocimiento matemático puede ser aplicado para describir casi cualquier proceso o actividad que realizamos, estuvo presente en la fabricación de la mayoría de los productos que utilizamos y, casi sin percibirlo, aplicamos matemáticas aprendidas día con día. Pero este conocimiento no puede ser entendido sin un previo estudio, sin una instrucción o aprendizaje, pues como su etimología lo describe, “es un conocimiento que se requiere aprender”. Así, las matemáticas son una técnica que requiere un esfuerzo de instrucción o aprendizaje, pues se diferencia de las artes como la música, la poesía o pintura, las cuales podemos apreciar y entender sin instrucción alguna. Desde allí encontramos, quizá, la razón de la pericia o incapacidad en su entendimiento y uso: en la instrucción que una persona tenga de ella y no en su dificultad de entendimiento por sí misma.
La enseñanza de las matemáticas, como muchos conocimientos sistematizados, requiere de un gusto y de una pedagogía que muestre al educando no solo la comprensión de procedimientos, teoremas y axiomas, sino también su maravillosa, cuasi misteriosa utilidad en la descripción de los fenómenos universales. Y es que, a través de este lenguaje, la humanidad ha logrado tantas proezas, que sin ellas nuestra tecnología no podría haber florecido como hasta ahora la conocemos.
Como se puede entender, las matemáticas más que una ciencia por sí misma, ha sido una herramienta, un lenguaje utilizado por una diversidad de disciplinas para entender las fuerzas y energías de la naturaleza y en cierta forma utilizarlas para ponerlas a nuestro favor, para generarnos una mayor comprensión de nosotros mismos, de nuestro universo, de la naturaleza, pero también para ofrecernos una mayor comodidad y seguridad en nuestra existencia.
A pesar de su importancia, son pocas las personas especialistas en esta área, la misma matemática nos lo muestra: en 2019, en México sólo el 0.1% de la población trabajadora era especialista en matemáticas, actuaría o estadística, esto es, de los 54 millones de personas en estado laboral, solo 53,900 contaban con esta formación, y de este total una proporción de dos terceras partes eran hombres. Según el estudio realizado en 2022, por el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), que evalúa los conocimiento y habilidades de estudiantes de 15 años en matemáticas, lectura y ciencias, desde 2008, la niñez mexicana ha tenido un descenso en su educación matemática. La evaluación muestra una calificación similar a la que teníamos en el periodo comprendido entre 2003 y 2006, es decir, que no estamos mejorando en nuestro desempeño del conocimiento matemático, sino que estamos retrocediendo. El rendimiento promedio en matemáticas de la niñez mexicana, según ese mismo estudio, se encuentra por debajo de los 6 países con mayor rendimiento observado, entre los que se encuentran Singapur, Japón, Corea, Estonia, Suiza y Canadá y aún por debajo del promedio obtenido de todos los países considerados. En comparación, la niñez mexicana rica obtuvo las mismas calificaciones en conocimiento matemático que la niñez pobre de Vietnam.
De esta forma, queda clara la necesidad de mejorar, promover y valorar la enseñanza de las matemáticas desde los niveles básicos y observar que no solo es una necesidad personal, sino una urgencia frente a las tendencias demográficas, ya que la carencia de dichos conocimientos entre la población mexicana puede generar un rezago del país frente a otros que van avanzado en esa dirección, así como un impacto negativo en muchos otros aspectos, como en las finanzas, economía, tecnología, ciencias, etc. Si no cambiamos nuestra tendencia actual, posiblemente seguiremos con una población sumida en la superstición, en los fanatismos, dependientes de tecnología y de conocimiento que nos vulnere como sociedad, que vulnere nuestra libertad y dignidad desde una escala nacional hasta una escala personal en la vida diaria.
* Maestro en ciencias y biólogo. Divulgador de la ciencia, escritor y ex director del Planetario Sayab. Capacitador, gestor y auditor ambiental.
Un apasionado del conocimiento y de su exploración.
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