Descubren cenote debajo de la Pirámide de Kukulcán
Debajo del edificio más emblemático de las ruinas mayas de Chichén Itzá, la pirámide de Kukulcán, también conocida como El Castillo, hay una cavidad con agua, un descubrimiento que ofrece a los expertos nuevas pistas sobre el valor simbólico de estas ruinas, consideradas Patrimonio de la Humanidad.
El conjunto de zonas y sitios arqueológicos ubicados dentro del territorio nacional es muestra tangible de la riqueza del patrimonio histórico y cultural que hay en nuestro país. Los vestigios de civilizaciones como la olmeca, tolteca, maya, azteca y zapoteca constituyen una ruta privilegiada de investigación para la arqueología mexicana. La importancia de estos asentamientos radica en el testimonio que dejaron sobre el pasado del México precolombino.
En agosto pasado, un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) develaron la existencia de un cuerpo de agua de unos 25 m por 30 m, a una profundidad de 20 metros debajo de la pirámide, y ahora buscará si existe algún túnel que conecte la pirámide con esa cámara acuática subterránea.
El investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, René Chávez, explicó que la parte superior del cenote no está colapsada y que la pirámide se ubica sobre una capa de roca caliza de unos cinco metros de grosor.
Este hallazgo se logró gracias a una nueva tecnología desarrollada por los universitarios que utilizó 96 electrodos planos, no convencionales, colocados en el perímetro de la pirámide El Castillo para escanear la zona y obtener la información del subsuelo. Durante cinco días de trabajo ininterrumpido obtuvieron 8,650 puntos de observación.
Según el arqueólogo Guillermo De Anda, experto en arqueología submarina, este descubrimiento confirma la hipótesis que los mayas querían representar su universo a través de estas construcciones. “La pirámide se levanta de forma equidistante entre cuatro cenotes, uno al norte, otro al sur, otro al este y el cuarto al oeste. El hallado ahora sería el quinto, el “axis mundi” o eje del mundo, el punto donde crecía la ceiba sagrada cuyas raíces llegaban al inframundo y sus ramas a los cuatro puntos cardinales”, explicó.
El equipo empezará a trabajar ahora en una segunda fase del proyecto, también con la tecnología de electrodos, para ver la estructura interna de la pirámide, sus fases constructivas y si existen túneles o pasadizos que la conectan con el agua subterránea.