Ácido láctico y acidosis muscular: ¿causa o previene la fatiga?
Durante el ejercicio de alta intensidad la acumulación intramuscular de acido láctico o, mejor dicho, la acidificación (descenso del PH) del músculo en contracción, se ha considerado uno de los factores más importantes en la etiología de la fatiga muscular.
Sin embargo... las dudas en torno al rol del acido láctico en la etiología de la fatiga muscular se acrecientan si se tiene en cuenta que los enfermos de McArdle, que presentan una deficiencia en la enzima miofosforilasa que les impide utilizar glucógeno como fuente energética y por lo tanto acumular acido láctico, se fatigan más rápido de lo normal que sujetos sin esta patología.
En estas investigaciones se ha concluido que la acidosis muscular, lejos de poner en peligro el rendimiento contráctil muscular, lo preserva, atribuyéndosele de esta manera al acido láctico un posible efecto ergogénico.
¿Pero cómo podría la acidosis muscular preservar el rendimiento muscular y retrasar la aparición de la fatiga?
Parece que el papel del lactato es el de mantener la excitabilidad muscular, contrarrestando la pérdida de potasio (K+) que se asocia al ejercicio de alta intensidad. En general, los estudios que se han realizado hasta el momento, y que han testeado esta hipótesis, han podido demostrar, en análisis realizados IN VITRO E IN SITU, que cuando las contracciones intensas se repiten en ausencia de lactato, hay una reducción de la fuerza, probablemente causada por las altas concentraciones de K+ que podría causar una eventual despolarización de la membrana que resultaría en la pérdida de excitabilidad de la fibra muscular, que es revestida cuando se inyecta lactato. Es decir que estos estudios demuestran que sin lactato la fatiga aparece antes.
El lactato no es causante directo de la fatiga muscular, con los resultados obtenidos en humanos en donde se observa una buena correlación temporal entre la acumulación intramuscular y sanguínea de lactato y la aparición de la fatiga.
Concretamente esta teoría postula que el lactato podría actuar como una señal enviada desde la periferia (músculo en contracción) al sistema nervioso central. Este “mensajero” serviría para que el sistema nervioso regulara la intensidad del ejercicio manteniendo la homeostasis celular dentro de los rangos fisiológicos.
¿Entonces qué es lo que produce el dolor muscular después de hacer ejercicio?
El dolor muscular que aparece días después de haber realizado ejercicio se debe a las micro rupturas musculares causadas por el estrés físico.
Se describe como Dolencia Muscular Retrasada Inicialmente, o DOMS por sus siglas en inglés (Delayed Onset Muscle Soreness) al malestar muscular que se siente pasado uno o dos días después de haber realizado algún tipo de ejercicio físico, siendo más comunes en quienes se inician en el mundo del deporte físico, cambian de rutina o integran nuevos movimientos o duración de sus ejercicios.
Este malestar dependerá directamente de la intensidad a la que se sometieron los músculos durante la rutina en el gimnasio. Las contracciones musculares excéntricas, es decir, aquellas que causan que el músculo se contraiga con más fuerza mientras se alarga, tienen una mayor propensión a causar el DOMS. Algunos de estos ejercicios pueden ser el correr por terrenos inclinados, levantar cargas excesivas de peso, subir o bajar las escaleras, etc.
El DOMS no debe confundirse con la fatiga, que es dolor experimentado durante el ejercicio. Tampoco tiene relación alguna con el dolor repentino e intenso provocado a raíz de algún tipo de lesión, desgarro o distensión.
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Por: Fisioterapeuta Manuel Zárate
Rehabilitación física
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