Diana Fernanda Fuentes Díaz
Diana es una mujer dedicada, trabajadora y luchadora, lo que la ha llevado a superar sus propios límites convirtiéndose en una gran triatleta. No le dan miedo los retos, es de carácter fuerte, habla sin pelos en la lengua, y ama a sus hijos más que a nada en este mundo.
Nacida en la ciudad de México, Diana vivió allí hasta sus 5 años cuando se mudaron a Chetumal. “Nunca fui una persona deportista, mi infancia estuvo totalmente alejada de cualquier deporte, ya que mis padres estaban muy enfocados en los conocimientos que podríamos adquirir en el colegio, la lectura y otras actividades culturales. En esa época era una niña con sobrepeso a quien no le pasaba por la cabeza que la actividad física fuera importante para la vida”.
Estudió licenciatura en derecho motivada por su hermana Gabriela que cursaba esa carrera en la universidad Anáhuac, en Mérida. “Fui a visitarla y por no querer dejarme sola pidió chance a sus maestros para poder ir de oyente. De esta increíble experiencia salí convencida de que el derecho era lo mío. Al siguiente año estaba presentando exámenes y decidí entrar a la UADY”.
Llegó a Playa del Carmen hace 19 años, pues desde la primera vez que pisó esta tierra se enamoró de este lugar. “Playa es tan lindo que toda la vibra que traemos de otros lugares se vuelve positiva. Somos tantas personas de diferentes lados y al final todos aceptamos que tenemos una sola identidad, y esta es ser playenses”.
Comenzó a hacer deporte en 2013 por motivos médicos, un llamado de atención para su modo de alimentarse y su estilo de vida. “Me diagnosticaron colitis nerviosa causada por el estrés de mi trabajo, la alimentación apresurada e improvisada, el tabaco y el sedentarismo. Así pues, me propuse empezar a hacer ejercicio, dejar el cigarro y alimentarme mejor. Fue en ese año cuando inicié este camino”.
Empezó corriendo en el equipo Runner´s Playa del Carmen, de su buen amigo Lalo Bello. Y si bien los primeros días fueron frustrantes Diana no renunció. “Siempre he sido muy competitiva y aplicada al deporte. No tenía nada de condición y sufría en todos los entrenamientos, pero regresaba por más. De ahí, empecé a interesarme por las competencias y la primera que programé fue una de 5 km, donde quedé en el lugar 36 de mi categoría. Después de eso me propuse no faltar a los entrenamientos y ahí fue donde conocí a varios triatletas, quienes se convirtieron en mis amigos”.
Al ir a los triatlones a echar porras y ver a sus amigos competir, se empezó a motivar por hacer uno. Solo tenía dos impedimentos: no sabía nadar y nunca había andado en una bicicleta sin sufrir percances. Sin embargo, cada vez le seducía más el triatlón y decidió iniciar aprendiendo a nadar. “Mi primera competencia de natación fue un maratón de aguas abiertas en Bacalar de 1,250 m. Si en mi primera competencia de carrera sufrí horrible, en la de natación sentí que me moría. Al final, logré tranquilizarme e ir agarrando mi ritmo, me paré las veces que fue necesario, nadé de perrito, floté de espaldas, pero llegué a la meta. Sin gorra, toda despeinada y golpeada, pero feliz. Me sentía invencible”.
Después de esa experiencia sintió que estaba lista para hacer un triatlón. Participó del “ITU Cozumel”, donde fue descalificada por sobrepasar el tiempo reglamentario de la natación. “Si nadaran mejor, tendrían colchón suficiente para llegar dentro del tiempo”, le dijo el juez. “Ese día no procesé lo que me acaba de enseñar, pero hoy por hoy he entendido que debemos entrenar exhaustivamente, preparándonos para lo peor. Si compites en calor, debes entrenar en un horario en el que haya más calor, si compites en meses de lluvia tienes que salir a rodar y correr aunque llueva, manteniendo tus precauciones: Si compites en un lugar con mucho viento como Cozumel, tienes que rodar en lugares que se asimilen a esas condiciones; pero sobre todo, si tu área de oportunidad es nadar, correr o rodar, tiene que ser a lo que más tiempo le dediques. Después de mi primera experiencia, decidí darme una oportunidad haciendo el Triatlón Xel-Ha, en categoría sprint convirtiéndome en triatleta en noviembre de 2013”.
Después de haber realizado varios triatlones, en el 2017 empezó a entrenar con el equipo de Triatlón C3
y desde allí comenzó a capitalizar todo lo que entrenaba, mejorando mucho sus tiempos, sobre todo en triatlón olímpico (1,500 m de nado, 40 km de ciclismo
y 10 km de carrera). “Me di cuenta de que mi cuerpo respondía mejor a distancias más largas por lo que
me animé a participar en la media distancia. Primero en el Mayanman, ocupando el segundo lugar absoluto de mujeres en el evento y el primero de mi categoría; y luego en el IRONMAN 70.3 Cozumel (1,900 m de nado, 90 km de ciclismo y 21 km de carrera), haciendo un tiempo de 6 h con 27 m, y obteniendo el lugar 39 de 86 participantes en mi categoría. Después de probar esta distancia me dije “de aquí soy, me siento cómoda haciendoestos esfuerzos””.
El año 2018 fue bastante complicado porque desde el inicio estuvo recayendo en lesiones de una tendinitis aquilea que le impedía entrenar de manera apropiada. Sin embargo, hizo su tercer maratón en Praga donde logró bajar su tiempo a 4 h con 16 m. Luego regresó al IRONMAN 70.3 de Cozumel, buscando mejorar su tiempo logrando hacerlo en 5 h con 52 m, ocupando el lugar 22 de 110 mujeres de su categoría.
En 2019 regresó al triatlón participando en la distancia especial de Challenge Cancún, ocupando el 2do. lugar de su categoría. También participó del Triatlón de Bacalar, quedando en el 2do. lugar absoluto de las mujeres del evento y primero de su categoría. Luego compitió en la vuelta Mayakoba ganando el tercer lugar femenil de la fase de carrera. Y en el ironman 70.3 Cartagena, en Colombia. Pero un mes antes del evento le diagnosticaron fascitis plantar en el pie izquierdo, lo cual comprometía el cierre de su preparación y su desempeño en el evento. “Entre la fascitis, el cansancio de la bicicleta tan dura y el calor no pude hacer mi mejor tiempo de carrera; sin embargo, logré ocupar el lugar 14 de 53 participantes de mi categoría”.
En el año 2020 cambió de equipo e inició los entrenamientos vía plataforma, y participó en el Astri Mérida en la distancia olímpica, en donde ocupó el 5to. lugar de 20 mujeres de su categoría. En 2021, ya con su equipo actual tribaal_mx, compitió en el IRONMAN 70.3 de Cozumel ocupando el lugar 31 de 130 mujeres. “Fue el 28 de noviembre, día de mi cumpleaños, que me di como regalo la inscripción al IRONMAN de Cozumel, que se realizaría un año después, donde debería lograr hacer 3,800 m de nado, 180 km de bicicleta y 42.195 km de carrera.Aquí inició el capítulo más importante de mi camino hacia el descubrimiento de lo que soy capaz, a reencontrarme y a retomar el amor hacia mí misma”.
Su entrenamiento inició en el mes de marzo de 2022, y Diana iba de menos a más viendo los resultados de la constancia y cada vez se animaba a apretar más. Tan es así que decidió participar en la Carrera del Cedral, que fue su primera carrera competitiva de 70 km. “Algo súper emocionante y llegué bien posicionada. Sin embargo, unos días después tuve la peor caída de mi vida en la bicicleta. Fui a parar al hospital con abrasiones en la mejilla, quijada, hombro, cadera y rodillas, desgarros en músculos de la espalda y en el tríceps derecho y con una lesión de los tendones de la rodilla derecha que me hizo parar por completo. En este punto tenía la seguridad de que no podría hacer el IRONMAN. Estaba a punto de solicitar mi cambio al 2023 pero decidí esperar. Me propuse rehabilitarme en un tiempo récord y llegar lo mejor preparada posible. Así pues, le metí a la rehabilitación, acompañándola con suplementación y cuanto remedio me recomendaban. Después cambié mis entrenamientos, empecé a ser más consciente con la comida y la fe hizo el resto”.
Llegó el día del IRONMAN Cozumel y Diana logró hacerlo en 11:32 h. “Llegué a la meta con lágrimas en los ojos, estaba exhausta pero feliz. La sensación de oír mi nombre acompañado del “tú eres un IRONMAN” en serio te resetea el chip. Es un sentimiento único e inigualable. Llegué al pódium y en el Instagram de Trimexico aparecí en lugar siete del top 10 de mexicanas en el IRONMAN de Cozumel. ¡No lo podía creer! Era como si se tratara de otra persona y, en efecto, creo que este proceso me convirtió en otra persona deseosa de seguir cambiando y de cruzar más metas”.
“Mis hijos son mi mayor motivación. Quiero que nunca se limiten y que sepan que con esfuerzo y dedicación podrán lograr todo lo que se propongan”.
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