“ESCUELA como sinónimo de RUTINA” El valor de volver a la escuela

La escuela es el segundo hogar de nuestr@s niñ@s.

Una vez que los adultos deciden que el/la niñ@ está list@ para asistir a una institución escolar, esta automáticamente pasa a constituir el segundo espacio más importante.

El hogar es el primer ambiente en donde aprende acompañad@ por su familia. Conoce sus emociones y cómo expresarlas, explora sobre las posibilidades de su cuerpo y, gracias a él, va ganando en autonomía y se va desenvolviendo en actividades de la vida diaria, desarrolla su comunicación y lenguaje, y comienza a conocer y “regular” su conducta.

Cuando llega a la escuela este aprendizaje debe ahora ponerse en marcha en un espacio nuevo, lejos de la familia, lo que muchas veces estresa a los/ las pequeñ@s. Así mismo en este camino ya no está acompañad@ por los padres sino por personas extrañas.

También el/la niñ@ pondrá en marcha este conocimiento en función de un grupo de pares, que han recibido un aprendizaje, en algunos casos similar y en otros muy diferente. Se suma el gran desafío de la convivencia, que viene de la mano del compartir, esperar, ayudarse, entender al otro, apoyarlo, jugar/trabajar en equipo.

Esto se da en el caso de niñ@s de nuevo ingreso, pero los/las ya escolarizad@s, si bien han transitado estas experiencias de otros años, en menor escala también pasan por desafíos. Se enfrentan a maestr@s nuevos, con diferentes metodologías, exigencias propias del nuevo ciclo que se inicia, en algunos casos inclusive grupos de pares diferentes.

El regreso a clases marca el inicio de cambios importantes, que volverán a vivenciar las familias. Principalmente implica acomodarse a una rutina que se perdió por las vacaciones. En general también se pierde la estructura, y en consecuencia las normas y límites parecen haberse tomado un descanso.

Los tiempos se hacen largos, y los padres y las madres planean juegos, actividades y salidas que llegan a su fin pero el día sigue en pie, y el pedido de los niñ@s de hacer algo también. Llega la tecnología como la gran solución a los problemas de tiempo, en donde un ratito de juego es la solución y en este mundo cibernético, un ratito se transforma mágicamente en algunas horas.

Cuando el niñ@ regresa a clase los/ las maest@s necesitan un tiempo de adaptación, para conocer a sus alumn@s y ell@s a los/ las maestr@s. Pero yo también lo llamo un tiempo de aterrizar de nuevo a la realidad. Tiempo de purificar los ambientes y comenzar con situaciones más acordes y sanas para la infancia.

Comenzamos por eliminar el uso poco controlado de la tecnología. Nuevamente un horario para levantarse, marcado por tiempos precisos. Otra vez los hábitos y la rutina de la vida diaria, que deben llevarse a cabo de manera correcta, el tener que ir con ropa específica, ir peinado de manera apropiada, etc.

Los tiempos de atención y trabajo se han perdido durante mes y medio y el organismo/ cuerpo/ cerebro requiere un tiempo prudencial de volver a adaptarse a esta exigencia motora y cognitiva. La postura que se debe tener en la escuela, sentado en una silla por varias horas, no es lo mismo que estar en casa acostado en el sillón mirando televisión.

Las exigencias de la escuela son en tiempo y forma. Ya no son los tiempos de los /las niñ@s manipulando los tiempos de sus madres o padres, sino que la autoridad escolar marca las pautas que se deben cumplir.

En general la vuelta a clases también viene marcada por regresos a otras actividades, como ser un deporte que ya practicaban, y/o terapias.

El/la niñ@ durante el primer mes de clase necesita adaptarse a esta nueva rutina que es maravillosa. Porque los ordena, les da la estructura necesaria para desenvolverse de manera eficiente en este mundo, permitiéndoles desplegar todo su potencial para brillar en un nuevo año escolar.

Por eso para nosotr@s, los/las terapeutas, la vuelta a clases es necesaria y muy beneficiosa. La escuela es la que marca el orden y a través de ello, nosotr@s nos sumamos a poder establecer pautas de trabajo con los/las niñ@s y la familia.

Escuela y terapias trabajando en equipo para apoyar a las mamás y papás a volver a las rutinas, y de esta forma se da estructura y seguridad a los/ las niñ@s en esta etapa de crecimiento, guiándolos por un camino más sano.

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Por: Natalia A. Alioto
Lic. en Educación Especial

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