Sabías que...
México tiene el volcán más pequeño del mundo.
México cuenta con una gran cantidad de volcanes originados por el choque entre las placas tectónicas de Rivera y Cocos, frente a la placa de Norteamérica, que se encuentran dentro del Sistema Volcánico Transversal.
Sin embargo, hay uno en Puebla que destaca entre todos los demás y que se encuentra oculto por su reducido tamaño: el Cuexcomate, también llamado “Hijo del Popocatépetl e Iztaccíhuatl”.
Con solo 13 m de altura y con un diámetro de 23 m, se trata de una pequeña roca parecida a un monolito, que se cree fue originada tras una erupción del Popocatépetl, cerca del año 1064. Aunque algunas investigaciones afirman que dicha formación geológica podría tener más de seis mil años.
Su nombre proviene del náhuatl Cuexcomate, que significa “olla de barro o lugar para guardar”, y más que un volcán es en realidad un géiser inactivo cuyo cráter de 8 m de diámetro sí es de origen volcánico, pero en vez de emanar lava salen gases y vapores de agua de forma intermitente. Cuenta con unas escaleras metálicas en espiral para descender al interior donde se encuentra agua sulfurosa que proviene de cavernas no exploradas.
El lobo gris mexicano nace ciego y sordo
Es una de las especies animales más representativas de México la cual, debido a la caza indiscriminada y la pérdida de su hábitat natural, se encuentra en peligro. Si bien está catalogada como subespecie probablemente extinta en el medio silvestre, tras 30 años de aplicar un comprometido programa binacional México-EU, actualmente los más de 40 lobos libres son prueba del éxito en el camino hacia su completa recuperación.
El lobo gris mexicano nace ciego y sordo hasta sus 65 días, por lo que durante las primeras semanas no sale de la madriguera. Se lo consideraba mágico en el México prehispánico puesto que simbolizaba valentía y fuerza, vinculándose con la diosa mexica del fuego, Chantico, y la deidad canina Xólotl.
Este animal de hábitos nocturnos está acostumbrado a vivir en manadas de no más de 12 ejemplares. Viven entre 8 y 13 años, y habitan en el desierto de Sonora, en Chihuahua y en el centro de México hasta Texas, Nuevo México y Arizona.
Su nombre científico es Canis lupus baileyi, y es la subespecie de lobo más pequeña de Norteamérica. Se asemeja mucho al perro ya que se comunica con lenguaje facial y corporal, principalmente por aullidos, que varían en duración y frecuencia dependiendo
de la época del año, y a través del olfato.
Suelen tener 9 crías (promedio) por camada, las cuales al crecer deben abandonar la manada para convertirse en lobos solitarios o si encuentran pareja formar una nueva manada.
El lobo gris mexicano se encuentra en la pirámide de la cúspide alimenticia, por lo cual tiene una gran importancia en el ecosistema para controlar la población de los grandes herbívoros.
El sudor y la sangre de los gladiadores de la Antigua Roma se vendían como medicina.
No sólo se veían obligados a luchar contra animales salvajes y entre ellos para entretenimiento del público, sino que la sangre, el sudor y los aceites de la piel de los gladiadores se recogía cuidadosamente con una herramienta especial llamada strigil después de cada batalla con fines medicinales. Luego lo almacenaban en frascos y lo vendían.
Se tenía la creencia de que si un hombre epiléptico bebía la sangre caliente de un gladiador recién muerto, se curaría de su enfermedad. Sin embargo, esto no era algo exclusivo de epilépticos sino que la gente compraba la sangre aún caliente de un glorioso gladiador vencedor en combate para así tener más salud y obtener su fuerza. Los hombres lo usaban como afrodisíaco, y las mujeres como perfume o para elaborar cremas corporales.
Y si la sangre no era suficiente para sus fines, a ese gladiador vencido sobre la arena también se le extraía el hígado en trocitos para otros usos terapéuticos.
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