Operativo Silla Móvil festeja sus 10 años de danza y mucho más

Hablar de los 10 años de Operativo Silla Móvil es hablar de emocionantes experiencias, trabajo arduo, muchas satisfacciones, adrenalina al límite, nervios, vibras colectivas, amor genuino, mucho sudor, muchos desvelos, interminables noches y larguísimos días.

Es una avalancha poderosa de emociones, de sensaciones y de un profundo deseo de trascender, primero, desde nosotros mismos y para el mundo, para cada alma y cada cuerpo que participa de nuestra energía en el escenario; una energía que se crea y es creada desde el imaginario colectivo que va y vuelve a nuestras mentes y nuestros corazones como un espiral infinito de consciencia y de charlas trascendentales y profundas con la inconsciencia.

Tomar siempre el amor como una fuerza universal de creación y de motor de búsqueda; el amor como proceso de transformación y como estado ideal de permanencia ha sido la línea discursiva por excelencia de cada uno de los proyectos de Operativo Silla Móvil: compartir el amor a través de la danza, del movimiento esencial y sustantivo de los cuerpos, de su interacción y los puentes de energía que se entrelazan con el público que, más allá de ser contemplador del fenómeno escénico, es parte del mismo, lo crea y es creado en ese eterno espiral infinito de emociones.

Han habido escenarios de las formas y en los sitios más diversos, desde los grandes teatros hasta la calle más escondida; desde la plaza pública hasta la arena de la playa; desde la tarima hasta la terracería; desde el foro hasta la carretera; y siempre, siempre ha sido un honor y un enorme placer poder bailar para nosotros y para todos con el firme propósito de generar empatía y catarsis, tolerancia y respeto, pensamiento crítico y sensibilización por lo que nos sucede en el día a día.

Por supuesto, no ha sido fácil, pero hemos aprendido a superar el miedo a la frustración, el temor al rechazo, la siempre macabra sombra del ridículo y la vergüenza. Hemos aprendido a callar y a esperar, a gritar y a actuar en el momento justo, con las palabras precisas, para lograr lo inimaginable: el éxito de ser y de estar en donde queremos estar con valentía y con miedo, con luz y oscuridad, pero siempre juntos trabajando en equipo y en familia.

Gracias a todas las experiencias estamos justo donde estamos, gracias a todas las personas que nos han apoyado directa o indirectamente, gracias a todas las puertas que se cerraron porque nos han motivado a buscar y encontrar otros caminos; gracias a todas las mujeres y los hombres valientes que han entregado fragmentos de su vida y de su existencia en el escenario con nosotros; gracias a todas aquellas personas que han sentido el fervor de Danzón, la pasión de Espiral, la nostalgia de Amor y Muerte, el Dolor de Mí, la efervescencia y el deseo de Posdata, la dualidad de X’tabay, la consciencia de Árboles Vivos, el grito de rabia y de esperanza de Toque de Queda y de Mujeres Combativas.

Durante el mes de agosto, estaremos celebrando los 10 años de Operativo Silla Móvil a través de nuestras redes sociales. Subiremos videos cortos, fotos, textos, imágenes de los procesos que han dado paso a las puestas en escena, talleres, clases, cursos, conferencias y ruedas de prensa.

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Con todo el amor y con todo el respeto por nuestra labor, GRACIAS.

Julia mejía y Alejandro López

Directores de Operativo Silla Móvil Danza

“Creo en la Teoría filosófica griega que dice: “Nadie puede escapar a su destino”, así que comenzaré por decir que fue cosa del destino que Alejandro y yo nos encontráramos hace más de 13 años en el camino de la danza; y como el yin y el yang, tan opuestos y contrastantes, sin saberlo, éramos el complemento, el uno del otro. Comenzó con una fuerte amistad, más que confidentes en la distancia, no sabíamos que la vida daría tantas vueltas hasta volvernos a poner cara a cara para compartir y crear nuestra filosofía de vida: “Operativo Silla Móvil”.

La fuerza del amor todo lo puede y compartir ha sido nuestro estandarte por 10 años. Y me siento humildemente alagada por haber sido la musa que inspiró a Alejandro para hacer nuestro sueño realidad, yo quise ser su lienzo en blanco para que el plasmara, en mí, su mundo interno para conectar con nuestro entorno social.

El camino siempre ha sido incierto y eso lo ha hecho emocionante, con muchos retos. Hemos reído, llorado y vuelto a soñar juntos; hemos mutado y cambiado de piel, con cada personaje, con cada coreografía que habla de la vida misma, del cotidiano de la gente que va y viene por la calle, que se pierde y luego se reencuentra.

Dejamos de exigirnos mutuamente ser perfectos para dejarnos ser sencillamente humanos, vulnerables, empáticos y resilientes.

Hemos sido arrieros y en el camino, juntos, hemos andado.

Mi mayor logro en estos 10 años es hacer consciente que no siempre se tiene lo que se quiere y que puedo hacer lo que yo quiero, con lo que ahora tengo.”

Julia Mejía