Wabi-Sabi, la belleza de lo imperfecto
El Wabi-Sabi es un término japonés sin una traducción exacta y que en el mundo occidental comenzó a marcar tendencia en el diseño, la moda y la decoración. Si bien su filosofía se puede resumir en las tres ideas básicas de que nada es perfecto, nada es permanente y nada está completo, en su esencia más pura es el arte japonés de encontrar belleza en la imperfección y de aceptar los ciclos naturales.
El concepto Wabi-Sabi juega con la ambigüedad y comporta distintas significaciones. La raíz “wa” hace referencia a la paz, la armonía, el equilibrio y la tranquilidad. Denota características como la quietud, la soledad, y la frescura. Las personas wabi, en la cultura japonesa son conocidas por ser humildes, en sintonía con la naturaleza y no materialistas. Mientras que “sabi” se vincula a la serenidad que aflora con el paso del tiempo y la progresión natural.
La búsqueda de la sencillez y la eliminación de todo lo superfluo y recargado, así como el uso de elementos naturales, son la clave si queremos incluir este estilo en nuestra casa. Un espacio debe estar compuesto por muebles y objetos distribuidos en un orden natural y todos ellos deben constituir una historia en sí mismos gracias a su pátina, textura y forma únicas.
El hecho de que este enfoque valore la imperfección no significa que tolere el caos lleno de desorden. Una casa de estilo Wabi-Sabi debe estar libre de obstáculos y altamente organizada, para inspirar sentimientos de paz y tranquilidad.
• Los materiales orgánicos y los elementos de la naturaleza son los principales componentes. Además, las impurezas naturales que se encuentran en las plantas, la madera y la piedra son excelentes recordatorios diarios de la belleza que se puede encontrar en la imperfección. (Integrar muebles de madera, flores frescas y tantas plantas como quieras)
• Una sensibilidad Wabi-Sabi es aquella que mantiene las posesiones al mínimo, introducir solo aquellas que traen nostalgia, belleza, utilidad o una combinación de todo. No se trata de ser un “radical minimalista”, sino mantener las cosas que son esenciales para un espíritu tranquilo y feliz a fin de maximizar la alegría de la vida cotidiana.
A través del uso de madera, objetos de cerámica, telas en lino, lana y algodón, además de artesanías marcadas por el tiempo y piezas antiguas con imperfecciones, el Wabi-Sabi puede entrar en el hogar para atesorar las ideas de que “nada es perfecto, nada es permanente y que nada es completo”, intrínsecamente asociadas a la esencia más pura de este arte japonés.
En cuanto a la paleta de colores, los más utilizados son los no estridentes que surgen de la naturaleza. Marrón, beige, blanco, gris, verde, azul… En realidad cualquier tono o color que emerja tras el tiempo, el uso y el desgaste.
“Es la belleza oculta que se advierte en lo imperfecto e inacabado.”
Marcas de desgate y grietas en la cerámica, piezas antiguas heredadas de familiares, fundas y manteles de algodón gris, crudo o blanco, o fotos en color sepia, son algunos ejemplos de las huellas en una casa Wabi-Sabi.
Objetos tocados por el tiempo, muebles cómodos y funcionales e interiores de luz tenue son los elementos esenciales de esta filosofía que busca celebrar la belleza del agrietamiento, la imperfección, la modestia y la naturaleza.
Merece la pena intentar aplicar este estilo de decoración en nuestra casa porque supone un cambio en el valor que otorgamos a los objetos que nos rodean.
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