Consejos del buen bebedor
Cuando desconocemos el mundo del vino o de un buen espumante y pretendemos disfrutar con él, lo primero que debemos hacer es encontrar la forma correcta de saborearlo. El saber beber es innato en cualquier persona, pero degustar un buen vino o champagne, es otra cosa; requiere de conocimientos mínimos si queremos complacernos plenamente con el bien llamado “licor de los dioses”
Los vinos y espumantes (en su mayoría) se pueden tomar con botanas, comidas o postres, y se utilizan, entre otras cosas, para ayudar a la ingestión de los alimentos, por lo que no es aconsejable beberlos para calmar LA SED; para ello está el agua. Si queremos que cumplan la misión para la que han sido concebidos es mejor degustarlos en pequeños sorbos, para que la cantidad no pase directamente de la copa al esófago, sino que su contenido permanezca por unos segundos en nuestra boca; los efluvios y bouquet que desprenden lo llevarán a conocer experiencias inolvidables…
Para deleitarse con un buen vino o un champagne, lo ideal es que el producto tenga primero la temperatura idónea antes de su descorche. Dependerá, por supuesto, si es blanco, rosado o tinto; si es joven, de reserva o crianza. Por lo general la casa que lo produce aconseja en el reverso de la botella la temperatura apropiada. No obstante podemos tener en cuenta una regla general, que es la siguiente:
Tintos
Jóvenes, ligeros: entre los 12 y 15º para resaltar su frescura y matices florales. Crianzas con cuerpo: entre los 16 y 18º Grandes Reservas: entre los 18º y 20º
Blancos
Jóvenes, ligeros secos: muy frío, entre los 7 y 10º para disfrutar de sus aromas frutales. La temperatura más alta destacaría el alcohol y más baja enmascararía su personalidad resaltando su acidez. Dulces: se aconseja servirlos a 6º que ayuda a destacar el sabor frutal y la expresión dulce. Con cuerpo añejado en barricas: entre los 10 y 12º, a temperaturas más bajas pierden las fragancias que les añade su estancia en las barricas de roble. Los Generosos (Manzanillas y los Finos) se deben servir entre los 7 y 10º.
Rosados
Muy frío, entre los 6 y 8º. Método champagnoise seco: muy frío, entre 4 y 6º Champagnes: muy frío entre 6-8º
Vinos blancos, rosados y espumantes a temperaturas más bajas de 5º, las papilas gustativas pierden su sensibilidad y es imposible percibir correctamente sus cualidades.
En verano será conveniente, si no tenemos una vinoteca que nos regule la temperatura, buscar el lugar más fresco de la casa para guardar las botellas. Jamás debemos forzarlas introduciéndolas en el congelador para precipitar su enfriamiento. Dependiendo del tipo de vino es aconsejable colocar la botella unas horas antes en la puerta del refrigerador para que el enfriamiento sea lento, conservando así todas sus cualidades. En el caso del tinto colóquelo 2-3 horas antes para suavizar su enfriamiento. Si vive en el trópico, nunca los sirva a temperatura ambiente.
La carta de Vinos
En los últimos años, algunos restaurantes de Playa del Carmen se han dado a la tarea de incluir cavas con buenas referencias de vinos de varias partes del mundo. El resultado ha sido la aparición de cientos de etiquetas con una excelente calidad/precio y una gran variedad, muy atractiva. No se conforme con los típicos buenos vinos de regiones conocidas. Sea receptivo a otros vinos más allá de los excelentes. Hay nuevas bodegas muy serias y con vinos magníficos entréguese al embrujo y pregunte también por los más novedosos. Descubrirá vinos excepcionales.
En casi todos los restaurantes le darán a probar el vino. Es aconsejable que lo dejen abierto un poco de tiempo antes de servirlo. Si va a tomar distintos tipos, considere la posibilidad de empezar por algún vino blanco o tinto joven y pasar luego a un reserva o vino más adulto.
Mi consejo: no lo más caro es siempre los más bueno o lo que tiene mejor relación calidad/precio. Si le recomiendan un vino, pregunte su valor sin penas, pero generalmente el vino de la casa (de los buenos restaurantes) suele tener una relación calidad/precio aceptable. Salud!