Pilates y Crossfit en la misma frase, y mucho menos como parte del mismo programa de ejercicios, puede parecer inconcebible. En términos de volumen, la intensidad, y la demanda en el cuerpo, estas dos disciplinas no podrían ser más opuestas la una de la otra. Pero, después de haber estudiado, vivido y contado con la colaboración de ambos métodos, me permito disentir: creo que tienen más similitudes que diferencias.
Como entrenadora de Pilates creo en la integración de estos dos métodos de acondicionamiento.
Tanto Crossfit como Pilates tienen sus orígenes en la gimnasia. Pilates se originó a principios del siglo XX por Joseph Pilates, ex gimnasta y boxeador, teniendo como objetivo principal volver a nuestro cuerpo a un nivel funcional, el fortalecimiento del sistema muscular desde el núcleo a la periferia, centrándose sobre todo en los pequeños músculos estabilizadores y posturales. Fundada en 1995 por Greg Glassman, un ex gimnasta de la escuela secundaria, Crossfit se centra en los diez aspectos de la aptitud: resistencia cardiovascular/respiratoria, resistencia, fuerza, flexibilidad, potencia, velocidad, agilidad, equilibrio, coordinación y precisión.
Las dos disciplinas se basan en movimientos funcionales y la capacidad de controlar el cuerpo exponiéndolo a una gran variedad de demandas que conducen a mejorar el estado físico y la salud. Ambos métodos incluyen mucho trabajo con el propio peso corporal como sentadillas, flexiones, pull-ups, y abdominales, así como habilidades gimnásticas más avanzadas. Los movimientos funcionales básicos de empujar, tirar, en cuclillas, elevación y rotación, requieren de todo nuestro cuerpo para trabajar en el funcionamiento óptimo en conjunto con la movilidad y la estabilidad, algo que muchos de nosotros hemos perdido tras años de estar atrapados detrás de un escritorio, en los coches y en los sofás. Tanto Crossfit y Pilates pretenden devolver a nuestro cuerpo a ese nivel funcional, aunque con diferentes modalidades.
Con el fin de hacerlo de la manera segura y eficaz, Crossfit requiere que el cuerpo recupere esa funcionalidad, pues cualquier disfunción conducirá inevitablemente a una lesión. Lo pueden practicar desde aspirantes a atletas hasta amas de casa, logrando mejorar la calidad de vida debido a su alta intensidad, variedad constante, y la demanda en todos los sistemas de energía, siempre que la persona sea saludable, y no tenga problemas cardiovasculares.
Pilates es la base perfecta y complemento de Crossfit, ya que no sólo establece el cuerpo con una base óptima para este deporte si no que también permite la restauración del equilibrio muscular y ayuda al proceso de recuperación. Estabilización espinal, o la línea media de estabilidad en términos Crossfit, movilidad articular y una espalda fuerte son las directrices principales para ambas disciplinas. Las dos se basan en la creencia de que el cuerpo funciona como un todo, con toda la cadena cinética de trabajar de una manera integrada, en lugar de en forma aislada.
Las similitudes entre Pilates y Crossfit son que pueden hacerte sentir la fuerza, la resistencia y el control de tu cuerpo, obligandote a desafiar tu fìsico y tu mente más allá de sus límites. Permiten reconocer tu verdadero poder haciéndote sentir fuerte, no sólo físicamente si no tambièn, y lo más importante, mentalmente.
Si estás leyendo esto y nunca has intentado Pilates o Crossfit te reto a que lo intentes. Ahora es el momento!!
Karla Rojo
Pilates Trainner
Control Pilates
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